Hace algunos días me toco en el banco uno de los billetes de $100 conmemorativos del centenario de la revolución ¿Quién los diseño? No lo sé, pues la noticia oficial no lo precisa, lo que si pude leer en la red son comentarios a favor y en contra (los más frecuentes como siempre con tintes políticos). El tema fue muy desgastado por intelectuales y plásticos encumbrados que se comieron a los diseñadores sin dejar bocado, por lo cual me gustaría mucho leer lo que tendrían que decir a su favor. Lo anterior me hizo recordar dos cosas que siempre he encontrado interesantes en el papel moneda: el grabado y la sofisticación de las medidas de seguridad en la creación de billetes que cada día se vuelven más complejas. Fascinante el diseño de billetes y monedas... Sobre premios y diseñadores: El reconocimiento de mayor prestigio en torno al tema es " El Premio al Mejor Diseño monetario", otorgado por la International Association of Currency Affaire, el año pasado lo recibió
Se trata de creaciones a las que: si bien llevan la firma de un artista, bueno, están ahí para ser... ¡utilizadas! El fenómeno tiene su punto de partida en el movimiento alemán de la Bauhaus, que en los comienzos del siglo XX integró el arte al diseño industrial y cuya filosofía se basaba en integrar todas las artes con la tecnología para obtener un diseño al alcance de todas las billeteras. Vasos, individuales, manteles, vajilla, blusas, carteras, collares, zapatos, muebles y hasta percheros: cada vez es más probable que recorriendo los circuitos de arte uno se tope con estos objetos, respaldados con la firma de un artista y respondiendo al llamado "arte utilitario". Así, las artes plásticas se bajan de las paredes para meterse en tiendas, bazares y galerías con el fin de ser comercializadas. Parecería que la posibilidad del consumo ha empujado a las obras a llevar una existencia más mundana, económica y masiva: no siempre resulta fácil meter la mano en el bolsillo para
A continuación citaré el fragmento de un libro que como todos los textos que reflejan intensidad por la vida , me cautivó, pero este fragmento en particular viene a ser la explicación mas sentida de por qué el retrato con el tiempo puede llegar a adquirir tanta importancia. La pintura pasa de ser un objeto de presunción y estatus a un discurso descriptivo de la época y con algo de suerte (o mucha) el retrato se convierte en la musa del imaginario de un escritor intenso, de manera que se convierte en un objeto, pretexto para tejer sentimientos y reflexiones alrededor del retratado y de paso le da espacio, junto con la historia, de sumergirse en una reflexión de un par de temas que atormentan a la humanidad: La muerte y la belleza. "Pero nos dieron, Maximiliano, un trono de cactos erizado de bayonetas. Nos dieron una corona de espinas y de sombras. Nos engañaron, Maximiliano, y me engañaste tú. Nos abandonaron, Max, y me abandonaste tú. Sesenta veces trescientos sesenta y ci
Comentarios
Publicar un comentario